Hola, amantes de las buenas historias y los destinos inesperados! Su servidor, Osini Mendoza, el oso de peluche con una maleta siempre lista y una curiosidad insaciable, se lanzó a la aventura más reciente: la Feria Internacional del Huevo en Tepatitlán de Morelos, Jalisco, los pasados 11 y 12 de octubre de 2024. ¡Y déjenme decirles, este viaje fue una verdadera joya en mi diario de explorador!
Con mi cámara al cuello y mi espíritu de trotamundos activado, aterricé en Tepatitlán, conocido por muchos como la "Capital Mundial del Huevo". Desde el instante en que puse mi patita en la vibrante Plaza de Armas, sentí la energía contagiosa de un pueblo que celebra con orgullo uno de sus tesoros más grandes. No era el bullicio de una metrópolis, sino el delicioso murmullo de sartenes, risas y el inconfundible aroma a desayuno que flotaba en el aire.
El viernes 11 de octubre fue un festín para todos mis sentidos de turista. Recorrí cada rincón, maravillándome con la creatividad de los chefs que transformaban el humilde huevo en obras de arte culinarias: desde huevos rancheros que me hacían suspirar, hasta postres que jamás imaginé que llevaran este ingrediente principal. Los "Altos de Jalisco", me confirmaron, no solo son productores de un huevo excepcional, ¡sino también de una gastronomía que te roba el corazón!
Pero como buen viajero, mi curiosidad va más allá del plato. Me colé en algunas de las charlas en el Centro Universitario de los Altos (CUAltos), donde aprendí sobre la importancia nutricional del huevo. ¡Quién diría que un alimento tan común es una auténtica bomba de energía y salud! Ahora entiendo por qué los habitantes de Tepa se ven tan llenos de vitalidad.
El momento que más me emocionó, sin embargo, ocurrió en la Plaza Morelos. ¡Fui testigo de un intento de Récord Guinness que me mantuvo al borde de mi asiento! Jóvenes de la Preparatoria Regional de Tepatitlán, con una concentración admirable, se propusieron romper el récord mundial de la carrera de cuchara y huevo. ¡Ver su determinación, su equilibrio y la explosión de alegría cuando lo lograron fue simplemente inspirador! ¡Le arrebataron el récord a Londres! ¡Qué momento para ser un Osini turístico en Jalisco!
También hubo un montón de actividades divertidas: una carrera ciclista que me hizo desear tener rueditas en lugar de patitas, exhibiciones artísticas que mostraban la belleza del huevo como musa, y mucha música y baile que me hicieron querer mover mi cola de oso.
Al final del día, con mi mochila un poco más pesada de recuerdos y mi corazón lleno de nuevas experiencias, me di cuenta de que la Feria Internacional del Huevo en Tepatitlán no es solo un evento gastronómico. Es una ventana a la cultura de una región, a su ingenio y a su capacidad para celebrar algo tan sencillo como un huevo de una manera tan grandiosa.
Así que, si buscan un destino que les sorprenda, que les alimente el cuerpo y el alma, y que les regale un buen momento, ¡apunten Tepatitlán en su lista de próximos viajes! Este oso ya está pensando en su siguiente parada... ¡y seguro incluye un desayuno con huevos!